INUVIK III



Con la felicidad que otorga la ignorancia, regresamos felices por la Dempster para intentar alcanzar Dawson City lo antes posible, cosa que nos llevaría un día aproximadamente.
A medida que nos alejábamos de Inuvik el tiempo mejoraba por momentos. Íbamos comprendiendo porqué los habitantes de esta ciudad del Norte preferían los oscuros meses de invierno a los días grises y húmedos de verano. No lo acabábamos de ver claro, pero lo empezábamos a vislumbrar.
Cuando llegamos al Peel, el segundo río que teníamos que cruzar en Ferry, observamos que éste se resistía a despegarse de la orilla opuesta.
Después de esperar no sé cuánto rato, una pareja de turistas chino-canadienses nos dijo que el río estaba desbordado y el Ferry no podía cruzar. La verdad es que nosotros no veíamos inundación alguna, pero el capitán del Ferry no cruzaba y punto.
Nosotros, creyendo que el Peel es una rambla como la de Egara pensamos: bueno, esperamos un rato y ya bajará el nivel.
Pasadas las horas y ya sin compañeros chino-canadienses, pensamos que lo mejor sería ir a dormir esa noche al cámping de Fort MacPherson, pueblo que tiene un nombre muy de película de cowboys y un hotel encima de una gasolinera de a 200 dólares la noche que desestimamos antes de que pudieran acabar la frase enunciando el precio.
En el cámping de Fort MacPherson, el encargado, un canadiense de pura cepa que ahora gobiernos "respetuosos" como el canadiense llama "primeras naciones", nos dijo lo siguiente cuando le preguntamos cuándo podríamos cruzar el río:
- Maybe today, maybe tomorrow, maybe one week. Who Knows? Mother Nature!

© Claudia Mesa. Todos los derechos reservados.